Soy Juan Carlos chicos/as. Os comparto este cuento, a mi me ha gustado mucho y mientras los leía me iba imaginando, como serian estos personajes. Si algunos/as, los queréis describir, dibujar o pintar, seguir el cuento y compartirlos con nosotros, hacérmelos llegar. Saludos.
Patizombi
era un zombi cansado de ser el malo de todas las historias. Y para demostrar
que podía hacer cosas buenas, decidió
salir a la caza de los malvados fantasmas.
Pero los
fantasmas no se dejan ver fácilmente, y además son muy escurridizos. Solo
después de muchos intentos fallidos, encontró un fantasma despistado flotando
en el bosque. Se acercó con cuidado, preparó sus trampas, y saltó sobre él.
La lucha
pareció terrible, hasta que Patizombi se dio
cuenta de que estaba luchando él solo contra una sábana pegajosa que le tenía
atrapado.
- ¡Ja, ja,
ja, ja! ¡Has caído en mi trampa, malvado zombi!- rió un fantasma saliendo de su escondite.
- Ah,
fantasma malvado- respondió. -Algún
día te atraparé yo a ti.
- ! No, no,
no, no y no! - dijo muy ofendido el fantasma-. Disculpa, pero yo soy un
fantasma bueno, y
me dedico a cazar zombis malvados.
- ¡Eso sí
que no!- protestó Patizombi- porque yo soy un zombi bueno, y soy yo quien caza fantasmas
malvados.
Después de
discutir un buen rato, comprendieron que ambos decían la verdad. Les pareció
divertido y se hicieron amigos.
- Así que no
todos los fantasmas son malvados…
- Ni todos
los zombis…
- Pues podríamos unirnos para
cazar ogros.
Y fueron
formando equipo hasta las montañas, donde se escondían los peores ogros.
Trabajando juntos rápidamente encontraron el rastro de un ogro que los llevó
hasta una cueva. Como el ogro había salido, prepararon una trampa, pero mientras lo hacían una
enorme piedra cerró la entrada, dejándolos atrapados.
- ¡Jo, jo,
jo, jo! ¡Qué fácil ha sido atrapar a ese malvado zombi y su socio el fantasma!
- ¡Mentira!
- protestaron desde dentro- No somos malvados. El único malvado eres tú y hemos venido a
atraparte.
Una vez más
la discusión duró hasta que todos estuvieron convencidos de que ninguno de
ellos era un malvado.
- Nunca
hubiéramos pensado que hubiera ogros buenos.
- Ni yo que un zombi y un
fantasma no fueran malos.
- Está claro
que, antes de cazar a nadie, tendríamos
que asegurarnos de que sea un malvado...
Y así fue
como descubrieron que muchas criaturas no eran malvadas, aunque tuvieran fama
de serlo. Y que
lo mismo pasaba con otras que tenían fama de sucias, ruidosas o
molestas: solo unas pocas lo eran de verdad, y no se podía decir cuáles eran
así sin llegar a conocerlas. De esta forma encontraron a muchos más zombis, fantasmas y ogros buenos que
se unieron a su grupo de caza malvados, y todos se fiaban de
aquella policía del valle, que nunca trataba a nadie dejándose llevar por
prejuicios y famas inmerecidas.